Gracias señor por las bendiciones que me has dado, parecía dormida cuando no me di cuenta que me otorgaste la vida sin habértela pedido,  estoy viva, y sigo aquí porque tú lo has querido, gracias de verdad por este maravilloso regalo.
Gracias por mis padres, perfectos tal como son aunque viví quejándome de ellos durante mucho tiempo, me dieron la vida, me enseñaron a ser quién soy, crecí y conseguí ser alguien de provecho en la vida, gracias a ellos, aprendí a través de sus aciertos y también de sus errores, y a pesar de que muchas veces me sentí víctima de ellos, me doy cuenta que si no hubiese sido por cada uno de sus «supuestos errores al ser padres» para conmigo, no sería quién soy ahora, fuerte, segura, echada pa’ lante como dicen en mi tierra.
Gracias también te doy por mis hermanos, tengo 3 hermosos seres que elegiste en mi vida para que fueran mis hermanos, diferentes a mi totalmente, con algunos me llevo mejor que con otros, y a los 3 los amo a pesar de nuestras diferencias.  Gracias porque de ellos he aprendido grandes lecciones, lecciones que en algún momento de mi vida me parecieron injusticias, otras veces se convirtieron en envidias cuando mi ego era más fuerte que mi capacidad de comprender que somos diferentes y que todo lo que sucede en la vida es para bien de nosotros.  Gracias por que tengo 3 amigos, 3 compañeros de viaje que han compartido partes de su vida conmigo, y que han sido viajeros que ven, sienten e interpretan diferente cada momento en este viaje.
Gracias te doy señor porque me has otorgado un alma gemela, un ser humano maravilloso en todo su esplendor, es maravilloso incluso en las partes  de él que antes consideraba feas.  Gracias porque pusiste a mi esposo en el camino de mi vida, porque sin él no habría aprendido a dominar mis emociones, a  darme cuenta de las partes de mí que necesitaba corregir, a entender  cosas que no sabía ni que existían, porque por él aprendí el valor del verdadero amor, porque con él he entendido que disfrutar la vida es algo más allá de lo material, es un estar dispuesto a compartir lo que tienes, porque un día no lo tuviste, porque me ha enseñado a abrir mi corazón más de lo que antes hubiera podido conseguirlo.  Gracias por este ser tan maravilloso que hoy es mi esposo, porque es una oportunidad diaria de darme cuenta que el amor que tanto soñé lo tenías previsto para ambos y que nada ni nadie puede destruirlo, porque lo que tú decides señor es algo que se mantiene en el tiempo.
Gracias también te doy por la manifestación más grande de nuestro amor a través de este maravilloso ser que hoy se forma dentro de mí.  Gracias por traerlo cuando no lo esperaba, gracias por permitirnos esta ilusión, por la sorpresa agradable y por la experiencia que vivimos ahora.
Tanto que agradecerte señor, tantas bendiciones recibidas, hoy sólo quiero tomarme este momento para elevar mis emociones positivas utilizando el poder de la gratitud, por todas las bendiciones por las cuales estoy agradecida por lo más importante en mi vida.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.